Sanar es un proceso profundo que implica tomar responsabilidad por nuestra vida y nuestras decisiones. Es mirar hacia adentro y confrontar aquello que nos ha herido, ya sea de nuestro pasado o nuestras circunstancias actuales.
Para muchos, sanar es aprender a soltar aquello que nos mantiene atados al dolor, ya sea una relación, una creencia limitante, o una experiencia pasada que sigue influyendo en nuestro presente.
Sanar también puede significar perdonar, no solo a quienes nos hicieron daño, sino también a nosotros mismos. A veces, el mayor obstáculo para nuestra sanación es la culpa o el rencor que hemos acumulado, y al liberarnos de estos sentimientos, abrimos espacio para la paz y el crecimiento.
Al comprender de dónde venimos, podemos amar y honrar a aquellos a quienes tal vez nunca conocimos, pero cuyas historias forman parte de nuestra herencia. Este reconocimiento nos permite conectar con aspectos ocultos de nuestra identidad y personalidad que, al ser comprendidos, nos proporcionan equilibrio.
El camino hacia la sanación también puede implicar renunciar a lo que nos hace daño, a lo que nos limita o nos mantiene estancados. Es un acto de valentía el dejar ir lo que ya no nos sirve, incluso cuando la familiaridad nos brinda una falsa sensación de seguridad.
Lo importante es que cada persona tiene su propio camino hacia la sanación, y solo uno mismo puede saber qué es lo que necesita para sentirse en paz. Sanar no significa olvidar el pasado, sino aprender de él y usar esas lecciones para construir un futuro más consciente y libre.
Finalmente, es esencial reconocer que sanar comienza con la consciencia. Hasta que no aceptemos que hay algo que necesita ser sanado, será difícil avanzar. Volver al pasado no es siempre una trampa en el dolor, sino también una oportunidad para descubrir los regalos ocultos que pueden ayudarnos a comprender mejor nuestra esencia y así vivir con mayor plenitud y propósito.
¿Debemos curar o debemos sanar? Curar es un proceso inicial y sanar es el proceso completo. Primero se da la curación y podría llegar a la sanación, pero no necesariamente. Hay que estar dispuesto a atravesar el proceso completo. – Gladys Galvis